¡¡Hola!!
A quien le gusten los donuts clásicos esta tarta le
encantará, pues conserva todo el sabor, es súper cremosa y el toque crujiente
del crumble es espectacular, con un saborazo muy especial.
Espero que la pongáis en práctica porque es muy fácil y
no necesita horno. Ah! Y os recomiendo usar los donuts de
verdad, nada de marcas blancas, porque el sabor que dejan es único…
Ingredientes (para
un molde de 18 cm):
Para
la base…
- Medio donut
- 6 sobaos pequeños
- 1 cucharada de leche
Para la crema…
- 3 donuts
- 250 ml de leche evaporada o nata para
cocinar
- 125 ml de leche
- 65 gr de azúcar
- 125 gr de queso cremoso (tipo Philadelphia)
- 1 sobre de cuajada
Para el crumble…
- Medio donut
- 5 galletas tipo María
- 15 gr de mantequilla a temperatura ambiente
- 15 gr de almendras crocanti
- 1 cucharada colmada de azúcar moreno
- 1 cucharada de pepitas de chocolate
- Una pizca de
canela
(Con
estas cantidades da para cubrir la tarta lo justo, pero si queréis más crumble
podéis ampliar las cantidades a vuestro gusto, sin problemas)
Preparación:
Lo ideal para esta tarta es usar un molde desmontable. Y
para que sea más fácil desmoldarla, podéis poner papel antiadherente en la
base.
Para hacer la base de nuestra tarta, desmigamos los sobaos
y el medio donut, los mezclamos bien con la leche y los aplastamos en el fondo
del molde hasta que quede compacto. Esto lo metemos en el congelador mientras
seguimos con la preparación.
Para la crema, disolvemos el sobre de cuajada en la leche
y lo reservamos. Desmigamos los donuts y los ponemos en una olla con el resto
de ingredientes. Encendemos el fuego y vamos mezclando con unas varillas. Cuando
la mezcla esté a punto de hervir, añadimos la leche con la cuajada y removemos
bien hasta que vuelva el hervor. Entonces, apartamos del fuego y le pasamos la
batidora para quitar los grumos e integrarlo todo bien.
Vertemos la mezcla en el molde que teníamos en el
congelador y dejamos que enfríe a temperatura ambiente para luego meterla en la
nevera hasta que esté bien cuajada. Lo mejor es hacerla de un día para otro.
Por último, para el crumble, simplemente machacamos las
galletas con las manos para que queden en trozos irregulares, desmigamos el
medio donut y mezclamos todos los ingredientes, primero con unas varillas, luego
machacando con un mortero y finalmente removiéndolo con una cuchara hasta que
la mantequilla esté bien integrada (así lo hice yo). Tiene que quedar una
textura como si fuera una barrita muesli deshecha o algo así, fijaros en la
imagen...
Esto lo ponemos por encima de la tarta justo antes de
servirla, para que conserve el crujiente. Y a continuación, la desmoldamos…
VARIANTE:
Si os gustan más los donuts de chocolate, podéis sustituirlos
por éstos. Incluso si os apetece podéis probar a hacerla con donetes. Aunque
con este sabor a donut glaseado, está…
¡Increíble!