¡Holaa!
Por fin me he decidido a subir nueva receta que creo va a
gustar a muuucha gente. Será la primera del 2015 y espero que la pongáis en
práctica, porque es muy fácil, está muy rica y encima no necesita horno.
La receta os la explico muy detalladamente para que os
queden bien claros todos los pasos y para que os salga perfecta.
Por cierto, se la dedico a mi hermano! Porque somos los
“chefs” de esta receta ;)
Ingredientes (para
2 pizzas de unos 22cm):
- 200 gr de harina
- 125 ml de agua
- 8 gr de levadura fresca (o 3 gr de levadura de panadería, liofilizada)
- 2 cucharaditas (de
las de café) de sal
- 1 cucharada sopera de aceite de oliva
- Harina extra para amasar
- Y los ingredientes que le queráis poner… para
mí los fijos son el tomate, el orégano y el queso; a partir de ahí, los que os
apetezcan!
Preparación:
Empezamos tamizando la harina (pasándola por un colador)
sobre un bol grande, donde haremos la masa. Luego le añadimos la sal y
mezclamos bien.
Por otro lado, templamos el agua. La metemos en el
microondas unos 10 o 15 segundos (más no, porque estará demasiado caliente y la
masa se pegará). Una vez tibia, disolvemos la levadura en ella removiendo muy bien.
Añadimos la levadura líquida al bol con la harina y
echamos también la cucharada de aceite.
Empezamos a mezclarlo todo con ayuda de una cuchara hasta
que sea difícil de trabajar, entonces nos ponemos un poco de harina en las
manos y seguimos amasando con las manos hasta tener una bola bien integrada. Si
veis que se os pega a las manos le vais echando harina poco a poco y si queda
muy seca, le ponéis unas gotitas de agua.
Luego ponemos un poco de harina en la mesa o encimera de
la cocina y ponemos nuestra bola de masa. En este momento podemos dejarla tal
cual y amasarla para hacer una pizza más grande o cortarla por la mitad (quedarán
dos bolas de unos 200-220 gr cada una) para hacer 2 pizzas
individuales. Yo recomiendo esto último, porque al tener que cocinarla en una
sartén u olla tenemos que ajustarnos al tamaño de ésta.
Ahora cogemos un rodillo, le ponemos un poco de harina y
amasamos la pizza hasta que tenga el tamaño deseado. Yo la ajusto al tamaño de
mi olla que es de 22 cm y lo calculo poniendo la tapa encima. Es importante que
la masa sea un poco más grande que la tapa porque así podremos hacerle los
bordes.
Cuando la masa esté finita y del tamaño justo, le ponemos
un poquito de harina por abajo (pasando la mano) para asegurarnos de que no se
pegue a la olla. Entonces, la colocamos bien y doblamos los bordes. Tapamos y
dejamos que repose unos 30-45 minutos (cuanto más, mejor). Esto hará que se hinche,
que queden los bordes más esponjosos y que se dore toda la base por igual.
Durante este tiempo, podéis aprovechar para cocinar los
ingredientes que le queráis poner a la pizza, si es necesario. Debéis tener en
cuenta que lo único que va a pasar mientras se cocine la pizza es que se funda
el queso y se calienten e integren el resto de ingredientes, es decir, no
pongáis verdura cruda o carne para que se cocine porque no se va a hacer. Así
que el mejor momento para dejar todos los ingredientes preparados es mientras
reposa la masa.
Una vez ha pasado el tiempo de reposo, encendemos el
fuego al mínimo y vamos colocando los ingredientes. Empezamos por el
tomate y el orégano, luego los ingredientes que elijáis y acabamos con el queso
rallado y/o en lonchas y un poco más de orégano si queréis. Cuando esté a
vuestro gusto, la tapáis y dejáis que se cocine. Tarda unos 15 minutos
aproximadamente.
Cuando pase este tiempo, quitáis la tapa rápidamente
(para que no caigan las gotas de vapor en la pizza) y comprobáis que el queso
esté derretido y la base dorada (se levanta fácilmente con una espátula). Si
necesita más tiempo, la dejáis y le echáis un vistazo de vez en cuando. Esto
dependerá del tiempo que hayáis estado poniendo los ingredientes, de la olla o
sartén que uséis y de lo fina que sea la masa.
Una vez esté lista, la sacáis (es muy fácil, porque
estará crujiente) y la servís.
NOTA
IMPORTANTE: Yo cocino la pizza
en dos ollas AMC bajitas y redondas de 22 cm con tapa, pero también
podéis hacerlo en una sartén antiadherente, del tamaño que queráis (solo tenéis
que ajustar el tamaño de la masa a vuestra olla o sartén). Lo importante es que
no sea muy honda para que sea más fácil sacarla y, sobre todo, que tenga una
tapa del tamaño de la olla o sartén.
Ah!
Y... por supuesto, si queréis hacer solo una pizza individual podéis
hacerlo con la mitad de los ingredientes.
¡Espero que os guste tanto como a mí!